Soto Rojas: 2024 es un año decisivo y la victoria tiene que ser contundente

Avenida Universidad, Caracas.- “¡Combatientes!”, pronunció vehemente Fernando Soto Rojas, símbolo de la resistencia del 23 de enero de 1958, al aseverar que, en vísperas de un proceso electoral, la victoria de las fuerzas revolucionarias debe ser contundente.

 

 Sus palabras serían las primeras en escucharse en la Avenida Universidad, punto de encuentro de la movilización que –desde muy temprano- se desplegó en las calles de Caracas y el estado Miranda, replicándose en otras regiones del país, con la convicción de que “nunca más será traicionado el pueblo”.

 

 “Soy un sobreviviente de la resistencia del 23 de enero de 1958”, puntualizó el diputado de la Asamblea Nacional al relatar cómo se gestó el movimiento que terminó con el régimen militar de Marcos Pérez Jiménez. 

 

Hablar de la épica cívico-militar del 23 de enero de 1958, pasa por conocer sus inicios. Para ello, Fernando Soto Rojas recordó que la semilla tendría lugar en 1948 al imponerse una Junta Militar, luego del derrocamiento del novelista y político venezolano Rómulo Gallegos. 

 

“Fue una larga lucha, pero, al final de 1956, la dictadura –encabezada por Pérez Jiménez, cuya victoria en las elecciones presidenciales pasó la historia con el sello de fraude- como comenzó a descomponerse: empezaron las contradicciones de la burguesía porque no le pagaban los contratos, hubo problemas con la alta jerarquía eclesiástica y el Partido Comunista -de aquella época- estableció la táctica de unidad nacional”, relató.

 

 La estrategia unitaria desembocó en la creación de la Junta Patriótica, integrada por los partidos Unión Republicana Democrática (URD); Partido Comunista de Venezuela (PCV), Acción Democrática (AD) y Copei, como bastión de lucha popular contra el régimen militar. 

 

“La lucha arrancó con la huelga universitaria del 21 de noviembre, todo un éxito político porque logramos paralizar la educación superior y de base. Simultáneamente, se estaba trabajando en los cuartales con el coronel Hugo Trejo y el 1° de enero de 1958 se dio el levantamiento militar en Caracas, que nos llevó a la conclusión de que el gobierno tenía los días contados”, agregó. 

 

Aunque no fue posible la consolidación del movimiento militar, sí alentó la agitación y, más adelante, el desarrollo favorable de estrategias como la huelga general del 21 de enero de 1958, que terminaría acelerando la salida de Marcos Pérez Jiménez. 

 

“En la madrugada del 23 de enero, se fue el dictador porque los dictadores y los escuálidos son cobardes. Se fueron. Ese pueblo salió a la calle esa mañana, esa tarde con banderas bolivarianas y el Himno Nacional, estábamos contentos, pero éramos inocentes”, detalló. 

 

Soto Rojas lamentó que la Junta Patriótica “no tuvo un proyecto de Estado y sociedad alternativa a la crisis de poder político que se presentaba”. Sin contar que el espíritu democrático que inspiró la épica del 23 de enero de 1958, fue traicionado por quienes se arrodillaron a los designios de Washington.

“El Pacto de Punto Fijo nos costó 40 años. La fuerza de la izquierda no tenía la calidad ideológica y política necesaria que siempre hay que tener”, reflexionó, al tiempo que añadió que –posteriormente- con el ejemplo victorioso de la Revolución Cubana y el liderazgo de Fidel Castro Ruz se despertó la conciencia antiimperialista”. 


Precisamente, el germen de la conciencia democrática y bolivariana tendría su mayor expresión en Venezuela con la aparición del Comandante Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992 y, más adelante, con su llegada victoriosa al poder político. 


En un análisis de la actualidad venezolana, el diputado Fernando Soto Rojas explicó que las circunstancias son distintas, si bien el enemigo es el mismo: el imperialismo yankee, “pero ese imperialismo está en una decadencia histórica”. 


Afirmó, entonces, que este año 2024, aunque blanco -desde los primeros días de enero- de ataques de la extrema derecha que pretende atentar contra la estabilidad social y política, es “un año decisivo y la victoria tiene que ser contundente”.


 Esa victoria de la que habla Fernando Soto Rojas, está contenida –como principal figura del Estado, además del pueblo- en el presidente de la República, Nicolás Maduro, que “es el líder victorioso, el elegido de Chávez, el presidente victorioso”.

 

Prensa Presidencial / Karelis González

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